Moda y Tendencias

Los “Soletes” de Repsol: donde comer este verano de manera asequible si vas sin rumbo fijo

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Mesones, asadores, casas de comida con un menú del día estupendo o restaurantes con vocación viajera y propuestas modernas con ganas de innovar. Para repetir por su ambiente informal y acogedor

Viajar sin rumbo fijo siempre es un placer y para poder elegir mejor por dónde perderse, Guía Repsol ha viajado a las cocinas y barras de los pueblos de todas las provincias españolas y ha elegido 300 nuevos Soletes (Consulta aquí la lista). Restaurantes, bares, cafeterías y hasta cocinas de fast good en los que sentarse a comer o tomar algo sin prisa, alejados del ritmo exigente de la ciudad.

Los Soletes para perderse se centran en las zonas donde las cocinas siguen las recetas de siempre sin darle mayor importancia, las conversaciones entre los comensales llevan un ritmo más tranquilo y los paseos antes o después de la comida solo pueden mejorar la experiencia. siguiendo la pista de estos Soletes los usuarios de Guía Repsol podrán encontrar rincones que nada tienen que ver con los escenarios de su día a día.

El entorno juega un papel fundamental en esta edición de Soletes, tanto por su encanto como por su variedad: en el listado encontramos establecimientos frente a una playa mediterránea como Cala Conills en Andratx (Baleares), ‘Paraíso’ en Parcent (Alicante) o ‘Marmara’ en Palafrugell (Girona); enclavados en la montaña asturiana, como ‘Casa Ricardo’ en Ponga, ‘Casa Miño’ en Somiedo o Casa Jamallo en Quirós o; o rincones en plena llanura manchega, como ‘Dáviro’ en Oropesa (Toledo) o la Vinoteca La Plaza en Arenas de San Juan (Ciudad Real).

Además del paraje que rodean a estos Soletes, algunos son especiales también por el edificio en el que están alojados. Los expertos de Guía Repsol han identificado lugares para que los usuarios puedan comer un cocido de lumbre en un molino de aceite en ‘La Almazara de Alcabón’ en Alcabón (Toledo), degustar buena carne a la parrila en ‘La Cueva del Lobo’ en El Molar (Madrid) o comer dentro de una pequeña iglesia del siglo XVII en ‘La Ermita’ (Jerez de los Caballeros, Badajoz).

Seis exitosas entregas preceden a esta edición y ya son más de 3.000 los establecimientos distinguidos con un Solete. Dos listados se centraron en las terrazas y las heladerías donde exprimir el verano, el siguiente en los guisos otoñales y las barras de diario y otro, hace justo un año, enfocado en las paradas durante el viaje de carretera. Los Soletes de barrio, publicados en otoño del año pasado, reivindicaban los negocios en los que transcurría el día a día de la gente en las grandes ciudades. Ahora le llega el turno a los habitantes de los pueblos.

Los Soletes para perderse son casas de comidas con guisos tradicionales asomadas a un valle recóndito como ‘El Mirador de Peña Colsa’ en Los Tojos (Cantabria) y hornos donde comprar esos dulces de las que habla toda la comarca desde hace varias décadas, como es el caso de ‘El Chairo’ en Pozoblanco (Córdoba). Pero también ‘Saminhaan’, una tetería y pastalería árabe en un pueblo de 200 habitantes de las Vicarías sorianas, o una pizzería que aúna cocina italiana y producto gallego en un pueblo de Ourense. A quien le llame la atención el concepto y pase cerca de Pereiro de Aguiar, que no lo dude, debe parar en ‘La Galleg-ITA’. Así, entre sabores de siempre y hallazgos interesantes, cada viajero puede crear su propia ruta con total libertad. Con este listado en la mano se pueden descubrir asadores con su propia carnicería, afamados arroces a pie de playa y barras con vino