Opinión

¿Qué sabes de Georgia? Un país donde nunca pudieron reinar los Bagration

Compartir
El hecho de que este domingo la selección española se enfrente a Georgia en la Eurocopa me ha traído recuerdos que en su momento fueron importantes con los Bagration, herederos de un trono que ¿alguna vez existió?

“Georgia es un país soberano localizado en la costa del Mar Negro en el ímite entre Europa Oriental y Asia Occidental. ​Geográficamente, su territorio se ha clasificado como euroasiático o como bicontinental​ dependiendo de la correspondiente convención, aunque cultural, histórica y políticamente, Georgia se considera como parte de Europa.

Como Rss de Georgia, hasta 1991, formó parte de la Unión de Repúblicas Socialistas soviéticas (URSS). Comparte fronteras con Rusia al norte y noreste, con Turquía al sur y con Azerbaiyán al sudeste. La capital es Tiflis, aunque desde 2012 el Parlamento tiene su sede en la ciudad de Kutaisi”.

Este es el comienzo en Wikipedia cuando nos narra todo lo que sabe sobre este país., que es mucho e imposible de condensar toda la información aquí.

Lo que sabemos es que no es un país rico, que no tiene materias primas como sus vecinos en el Cáucaso (el turismo, como nosotros, es su principal fuente de riqueza), que tiene una lengua, el georgiano, imposible de reconocer o interpretar y que ha tenido guerras constantes en su historia, prácticamente todas civiles, y que fue absorbida después de la 2ª Guerra Mundial en la URSS.

Ahora es una, digamos, democracia algo especial, que fue instaurada en 2003, aunque pretendió conseguir esa democracia a principios del pasado siglo, pero sólo le duró tres años. En este momento es miembro del Consejo de Europa y aspira a entrar en la EU.

Mientras tanto, los herederos de la monarquía que no se sabe ni cuando existió, vivieron en Italia, al principio, y se establecieron, finalmente, en España.

Los Bagration

Así llegamos a lo que quería contar y que he vivido. Cuando conocí a Bagrat de Bagration ni sabía que existía un país que se llamaba Georgia, ni ningún otro, ni siquiera que existía la palabra país. Tenía 6 años y comenzaba el colegio y Bagrat era uno de mis compañeros de clase.

Un buen tipo Bagrat que se llevaba bien con todos sus compañeros y aunque tenía sangre azul (su madre fue María de las Mercedes de Baviera y Borbón), nunca presumió de nada, ni hablaba de su linaje. Era un compañero de colegio como cualquier otro, pero diferente, algo que ya comprendimos todos cuando nos hicimos mayores.

Fui amigo de Bagrat, como digo, y eso me llevó a una relación muy buena, pero corta, con su hermana María y, excepcional, con Jorge, hermanastro, el primogénito, y pocas veces con el pater familias, Irakly, el primer heredero del trono de Georgia.

Irakly de Bagration y Mukrani nació en 1909 en Tiflis y pertenecía a la dinastía bagratiana y tenía, al menos en su país y seguro que en el resto del mundo, de Alteza Ilustrísima. Su hermana, la princesa Leónida, fue la mujer del Gran Duque Vladimiro Kirilovich de Rusia, jefe de la dinastía Romanov y pretendiente al trono de Rusia.

Apunto todo esto para situar a los hijos de Irakly en su órbita. Irakly se casó por segunda vez con Mareia Antonietta Pasquini, aristócrata italiana de la familia Costafiorita, con quien tuvo un hijo, Jorge, en 1944 y de quien después hablaré, que murió ese año.

Después de enviudar, Irakly, vino a España con su primogénito en 1944. Dos años más tarde se casa con María de las Mercedes de Baviera y Borbón, sobrina de Alfonso XIII y de ese matrimonio nacieron sus dos hijos españoles: María y Bagrat. María de las Mercedes murió también en 1953. Pero Irakly no paró ahí y se volvió a casar, por cuarta vez, con María del Pilar Pascual y Roig, Marquesa de Carsani, con quien no tuvo descendencia.

Con este relato del padre he querido poner al lector en situación, ya que yo soy un simple plebeyo. Sí quiero comentar que a Irakly le vi un par de veces y no se me olvida que hacía Yoga y me enseñó una forma de dormirme si no podía por las noches que experimenté y que fue muy efectiva. Mi amistad con Bagrat me llevó a frecuentar su casa, su familia, las fiestas entre escolares… María y Bagrat nacieron en un palacete de su madre, pero cuando conocí su hogar, éste estaba en un piso en la plaza de San juan de la Cruz. Espléndido, eso sí.

No puedo olvidarme fácilmente de Bagrat porque, al margen de nuestros años como compañeros de colegio, fue con quien hice mis primeras y únicas pellas. Tengo que decir que inducido por él y con esto no quiero quitarme culpa, sino para dar un dato más. Me valió mi primer castigo gordo en el colegio y una de las pocas broncas de mis padres.

Bagrat me llevó ese día a una mansión en Puerta de Hierro que, dijo, era de su familia. En ella había un hórreo asturiano, una construcción que yo conocía muy bien por mis raíces y allí, dentro, pasamos la mañana. Podía contar muchas historias de mi relación con Bagrat hasta que se cambió de colegio en Preu y le perdí la pista. Le encontré pasados los años y no me gustó. Ya no era el Bagrat que yo conocí, pero quedémonos sólo con las cosas buenas de la vida.

María era su hermana mayor y fue la que me contó más cosas de la dinastía Bagration algo que no hicieron nunca Jorge o Bagrat. Aparte de en su casa, coincidíamos en el verano, al menos un par de ves que yo recuerde, en Gijón, a donde Bagrat estuvo invitado en mi casa y ella en la de unas amigas que conocí, pero no recuerdo.

Y ahora quiero referirme a Jorge, un gran tipo, al menos conmigo. Para Bagrat, Jorge era un héroe. En aquellos años su héroe. Y no era extraño. La primera vez que le vi fue participando en una carrera de motos en el Retiro. Fue la primera vez en mi vida que veía una carrera y hablar luego con Jorge creo que me marcó ya para siempre y despertó mi interés por la competición, aunque yo me inclinara por los coches y no por las motos.

Un par de años más tarde, aún nosotros en el colegio, en Gijón, fui a la llegada del Rally de la Plata ya que Jorge Participaba con un Lancia Fulvia, haciendo equipo con el campeonísimo italiano Sandro Munari. Creo que Jorge quedó detrás de él.

La carrera como piloto del hermanastro de Bagrat siguió muy intensa y corrió en rallyes, circuitos y montaña y olvidó muy pronto las motos. Pero cuando conocí más y mejor a Jorge fue cuando ocupó el puesto de Jefe de Prensa y Comunicación de Fiat, ya retirado de las carreras.

Era una persona extraordinaria con todos los periodistas y conmigo especialmente. Tal vez por los años pasados. Estuve en la casa que tuvo en la urbanización del Jarama y donde vivía con su segunda esposa, Nuria Llopis, que le había acompañado como copilota en sus últimos rallyes y donde tenía su último coche de carreras: un Lancia Stratos.

Dejó su puesto y se fue a vivir a Marbella. No le volví a ver más. Años más tarde, me enteré que se había ido a vivir a Georgia y allí murió y está enterrado en 2008.

Bagrat nos dejó en 2017 y de María no supe más. Y esta fue mi aproximación a ese país tan desconocido, pero que me trae tantos recuerdos. Los hijos de Jorge, de su primer matrimonio, se que siguen intentando recuperar el trono, sobre todo David, que se casó con una de la otra familia dependiente para dejar un heredero ya para todos los georgianos. Lo consiguió y se divorció de inmediato. Ya veremos que pasa en el futuro.

(No he encontrado una buena foto de los Bagration y he publicado una de Tiflis, la capital de Georgia)